¿Cómo nos formamos con apenas 20 días?
¿Cómo crecemos y qué repercusión tiene esto sobre pacientes niños o adolescentes?
¿Por qué a veces no encontramos el origen o la relación de la patología del paciente con nuestros hallazgos clínicos?
Son muchas de las preguntas que me hice en su momento hace ahora 5 años…de todas ellas y de varias formaciones nace hoy este curso.
Estudiar la anatomía y fisiología por sistemas nos ayuda a su compresión pero a la vez nos limita la visión de su complejidad hasta el punto que el sistema vascular ha quedado relegado en los últimos años en la terapia manual; actualmente donde otras disciplinas redescubren su importancia del mismo, apenas empezamos a esbozar y a denominarla fascia liquida… sin un estudio profundo y exhaustivo de su origen anatómico y fisiológico.
Este curso te permitirá integrar de nuevo el sistema vascular en tus tratamientos, para realizar una práctica más ordenada y respetuosa con el paciente, resolver casos complejos que no evolucionan como te gustaría y entender desde la embriología la jerarquía natural con la que trabaja nuestro cuerpo, que permitirá entender el comportamiento del cuerpo con diferentes patologías.
Si trabajas con terapia manual visceral, te ayudará a tener una visión más compleja y real del sistema visceral, permitiéndote una práctica clínica más sencilla pero efectiva sin centrarse en la realización de numerosas técnicas aleatorias.
Conocer los principios naturales desde la embriología para poder realizar una aplicación práctica de la misma, y descubrir interrelaciones que persisten en el cuerpo humano y repercuten en el entendimiento de las patologías de los pacientes.
Descubre que aunque los modelos didácticos nos ayudan al entendimiento, la naturaleza y la realidad es muchas veces “contraintuitiva”.